Realidad y pasado. Y futuro. Todas las dádivas que puedan ofrecerse a Cataluña en este momento sirven para tratar de allanar el abrupto terreno político. De modo que qué pintaba Málaga en esa batalla. ¿A cuento de qué estaba ese pequeño David manejando una honda que además no llevaba piedra alguna en su lanzadera? La honda no llevaba piedra porque los encargados de ponerla y de lanzarla tenían otras instrucciones. Ya nadie se cree el cuento de David, y por si fuera poco las remontadas han pasado a ser patrimonio culé. De modo que cuando el portavoz del Grupo Mixto, Jordi Xuclá, acabó de defender la candidatura barcelonesa en el Parlamento, la votación fue de lo más homogénea. El PP, con sus diputados malagueños incluidos, mostró un «apoyo sin fisuras». Y lo mismo hicieron los del PSOE y los representantes de Ciudadanos. Los de Unidos Podemos, como el resto de su formación, se encogieron de hombros, se abstuvieron.
Eso sí, dentro del PSOE se recordó que además de la Agencia del Medicamento otros organismos reguladores de la UE como la Autoridad Bancaria Europea también tiene sede en Londres y el 'Brexit' obligará a buscar una sede continental. A la vista de cómo nuestros diputados pelean por su tierra seguramente la traerán a Málaga. Eso si no hay un nuevo complot de Rajoy y el PP, tal como indicaba el socialista Miguel Ángel Heredia al valorar lo sucedido. Heredia se ciñó al guión más convencional declarando que todo había sido una «traición» de Rajoy. Por eso él se apresuró a salir en defensa de Málaga promoviendo un debate dentro de su partido para cuestionar la elección de Barcelona. Normal. Un buen retrato. El suyo y el de los otros diez diputados que tan airosamente hicieron valer nuestros intereses, que se supone son los suyos. O eso cuentan.
Antonio Soler
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