En uno de los relatos de Lucia Berlin ('Manual para mujeres de la limpieza'), dos hermanas hablan de su madre. «Se preguntaba cómo serían las sillas si dobláramos las rodillas al revés. ¿Y si a Jesucristo lo hubieran electrocutado? En lugar de llevar crucifijos en las cadenas, la gente iría por ahí con sillas colgando del cuello». Baltasar Picornell, el nuevo presidente del Parlament balear planteó una cuestión similar: «¿Y si Jesús hubiera muerto empalado? ¿Pasearíamos un hombre pinchado en un palo?».
Es la diferencia entre la buena literatura y la mentecatez. Este señor también escribe «heridas habiertas». Picornell, activista y carpintero, al menos elogió la democracia en su primer discurso institucional. Podemos, su partido, había expulsado del mismo a la presidenta anterior porque supuestamente tenía intereses personales en la firma de un convenio. Hombre, hay que poner al frente de las instituciones a quienes dan ejemplo.
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