Anoche, mientras hacía mi zapping habitual desde la comodidad del sofá, me encuentro con la Pantoja en el programa "El Hormiguero" de Pablo Motos. Aunque estaba casi irreconocible por la cirugía y el bótox, quedaba claro que era ella. Como soy persona curiosa, me quedo un rato a mirar, esperando que Motos (autodenominado "azote de los corruptos") dé una buena tunda dialéctica y saque los colores a esta folclórica exconvicta.
Cuál fue mi sorpresa al comprobar que al presentador tan solo le faltaba besarle los pies a la "señora", totalmente rendido -al igual que el público asistente- a sus encantos. Una alabanza tras otra, tocamientos, sonrisas, besos, miradas cómplices..., pomada y más pomada. No me lo podía creer.
No olvidemos que se trata de una mujer condenada a dos años de prisión por blanquear un millón y medio de euros de dinero PÚBLICO junto con su expareja y exalcalde de Marbella, el emérito Julián Muñoz. Pero, claro, como canta bien, pues se le perdonan esos "pecadillos" sin importancia.
El público la adora, se agotan las entradas de sus conciertos, la productora le graba un nuevo disco, la entrevistan en programas de máxima audiencia en "prime time"...
Ya estoy oyendo a algunos decir: "ya ha pagado su delito". Perdonen ustedes: ha estado unos meses en ese hotel que para otros es una cárcel pero, hasta el momento, del dinero perdido nada se sabe. Una cosa es que haya cumplido su condena y otra muy distinta que olvidemos lo que ha hecho y la adoremos como si hubiese descubierto la cura contra el cáncer. Pero ahí estaba ella, exultante y maravillosa, por encima del bien y del mal, endiosada y aclamada por el pueblo.
Y mientras ese podrido y pactado espectáculo tenía lugar, yo no dejaba de alucinar y de preguntarme cuáles son los valores que tengo que inculcarles a mis hijos y a mis alumnos: ¿la cultura del trabajo y el esfuerzo? ¿Compórtate bien y te pasarán cosas buenas? ¿Cumple las normas, paga tus impuestos y sé un ciudadano comprometido? ¿Haz el bien y no mires a quién?...
¿Cómo puede competir mi humilde palabra con la aplastante realidad de tantos casos como el de la Pantoja? En este país, donde tantos ladrones, corruptos, estafadores y delincuentes campan a sus anchas, viviendo como príncipes, riéndose públicamente de nosotros y, encima, tratados como dioses, no es fácil decirles a tus hijos que el modelo a seguir es el del ingeniero que emigra a Alemania para ganar 900 euros al mes y no el del ladrón que roba millones a sus conciudadanos y luego vive a cuerpo de rey, aclamado por los mismos a los que antes robó.
Qué vegüenza de país. Qué asco.
Manolo Iglesias
Nota de Aumor : Hace un par de días Luís Landero en el País decía esto :
“La redes sociales son las ‘chuches’ de la información”
Hoy, lo que la escuela enseña la televisión lo niega, lo escarnece y lo destruye. Sociedad y escuela ya no forman un todo”.
Lo de la tele lo dice entre risas y, a la vez, muy en serio. En su opinión, la televisión y las nuevas tecnologías están en la trinchera opuesta a la enseñanza: “Es un fenómeno que yo viví a pie de obra. Cuando empecé a dar clase, en 1978, había mucha paz en los institutos, pero la enseñanza se ha ido deteriorando. Ahora la lectura tiene tanta competencia... ¿cómo va a hacer nadie el esfuerzo de leer? No sabemos cómo serán de mayores los nativos digitales que crecen con Internet y al que dedican mucho tiempo, tiempo que no van a dedicar a la lectura. ¿Cómo le vas a decir a un niño que coma legumbres cuando puede comer chuches? Porque el WhatsApp y las redes sociales son chuches, juguetes, las chuches de la información. No cuestan ningún trabajo. Sin embargo, formarte culturalmente requiere un plan y un esfuerzo, lleva un tiempo”.
También para hablar del contenido de la educación recurre Landero a su experiencia a pie de obra. Todo cambió, dice, cuando llegaron a la tele los reality shows: “A los niños los educan los colegios, pero también la sociedad. Yo recuerdo muy bien cuándo aparecieron los reality shows. A partir de entonces empezaron a cambiar los referentes de los alumnos, que pasaron a ser el consumo, el dinero fácil, la fiesta continua, la fama. Hoy, lo que la escuela enseña la televisión lo niega, lo escarnece y lo destruye. Sociedad y escuela ya no forman un todo”.
Entrevista completa AQUI
No hay comentarios:
Publicar un comentario