viernes, 10 de marzo de 2017

Heredar Mentiras ... por Txema Martin

Supongo que tanto la izquierda como la derecha han terminado convirtiéndose en especialistas en manipulación, o que la demagogia y el populismo no son desde luego territorios ni maneras reservadas a los nuevos partidos. Son prácticas que vienen de antiguo. La polémica que viene ahora servida por el impuesto de sucesiones está recalentada en un microondas orquestado desde los ámbitos liberales y aupada por ciertas dosis de realidad potenciada por nuestra capacidad para escandalizarnos. Vale, el impuesto de sucesiones grava algo que ya ha sido gravado varias veces, hasta su plusvalía.
El hecho de que haya gente que tenga que renunciar a su herencia porque no puede pagar este impuesto es una anomalía que queda fatal. En España los ahorros del personal están emparedados en sus viviendas, y dado que la cuantía que recauda este impuesto es ridícula comparada con otros gravámenes, se disparan las sospechas generalizadas de que el de sucesiones es un impuesto diseñado para fastidiar.
Es entonces cuando el PP hace lo que mejor sabe hacer cuando está en la oposición, que es exigir cosas que no ha hecho ni está dispuesto a hacer cuando se termina apoltronado en el poder. Ocurrió lo mismo con el IVA y aquella ridícula campaña de recogida de firmas. Ahora tenemos el panorama de cuatro niños ricos que apoyan al partido por la promesa de supresión de ese impuesto en un ejercicio a medio camino entre la rabia tributaria y algo tan freudiano como matar al padre. Pero es que además están manipulados. El PP clama ahora contra este impuesto, lo llama 'impuesto a la muerte', participa y convoca manifestaciones, pero ha tenido cuatro años de mayoría absoluta en los que podía perfectamente haberlo suprimido y compensar a las Comunidades Autónomas por la pérdida de esos ingresos. En ese momento no les pareció una buena idea, ahora sí. Es curioso cómo cambian las convicciones según se esté en un lado o en otro del poder. Y, en medio, ciudadanos escandalizados cuando en realidad la mayoría no desembolsará ni un solo euro por este gravamen sobre la herencia; sólo un porcentaje irrisorio de la población tendrá que hacerle frente. Y también es anecdótico el supuesto drama del éxodo fiscal. Hay muchas mentiras en este asunto.
Lo injusto de todo esto no radica en el impuesto de sucesiones en sí, sino en la desigualdad que existe entre los españoles provocada por el desmadre fiscal que han desencadenado las autonomías. El impuesto que paga un andaluz puede llegar a ser mil veces superior al de un madrileño. Eso es lo peor, que la 'armonía fiscal' suena muy bien pero se nos ha ido al carajo. Habría que igualar los tipos de este impuesto, idealmente a la baja, y visto este clamor quizás acabe desapareciendo. Pero no es lo mismo manifestarse por los derechos que hacerlo por los intereses; los matices son importantes, y plantear que los impuestos son un robo resulta indecente.
Txema Martin

No hay comentarios:

Publicar un comentario