Hasta el 22 abril de 2018
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Fotos : tiojimeno
EL CAC MÁLAGA PRESENTA UNA EXPOSICIÓN DE STEPHAN BALKENHOL TRAS MÁS DE DIEZ AÑOS SIN EXPONER EN UN MUSEO EN ESPAÑA
El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga presenta el 19 de enero Stephan Balkenhol,
título de la muestra comisariada por Fernando Francés. Más de una
treintena de esculturas conforman la exposición, una selección de los
trabajos más significativos realizados en los últimos años por el
artista alemán. Balkenhol, que lleva más de diez años sin exponer en un
museo en España, utiliza la madera como material principal para crear
sus personajes cotidianos, manteniendo en sus esculturas las marcas del
proceso de la talla directa. La aspereza del desbaste contrasta
especialmente en el juego de texturas de su obra. Un peculiar silencio
acompaña a los personajes tan característicos y aparentemente comunes de Balkenhol. El artista crea una realidad propia que el espectador trata de descubrir.
19 de enero al 22 abril de 2018
“La noción de realidad cambia de siglo en siglo, pero siempre hay una búsqueda de esa realidad, de cómo el hombre la percibe en cada momento. Cada individuo o cada sociedad perciben el mundo de distinta manera y es siempre su forma de verlo la única realidad que existe para ellos, o quizá el deseo de lo que cada uno quiere entender por realidad. Puede que el deseo sea la única realidad”, explica Stephan Balkenhol sobre el concepto de realidad y escultura. “Mis esculturas no cuentan historias. En ellas hay algo secreto. No me corresponde a mí revelarlo, sino al espectador descubrirlo.”
Para Fernando Francés, director del CAC Málaga, Stephan Balkenhol “es uno de esos escasos escultores que ha sabido moverse en la frontera de lo moderno y la vanguardia más comprometida siendo al tiempo respetuoso con la herencia de la escultura tradicional y clásica. Su posición es difícil y tan original que me resulta complicado hallar artistas que hayan conseguido ese mismo nivel de equilibrio, honestidad e interés desde el pensamiento contemporáneo. Su nombre debe equipararse a los de Alberto Giacometti, Julio González y Georg Baselitz en su actitud y en su capacidad para hacer nuevo algo que, en realidad, siempre ha existido”.
Stephan Balkenhol (Fritzlar, Alemania, 1957) asistió de 1976 a 1982 a la Escuela de Bellas Artes de Hamburgo, bajo la dirección de Ulrich Rückriem de quien se convirtió en ayudante de estudio en 1980. Balkenhol reaccionó a las tendencias minimalistas y conceptuales populares en ese momento, con mentores como Nam June Paik y Sigmar Polke. Su experiencia en estos años marcará profundamente su práctica artística posterior. Recibió la beca de la Fundación Karl Schmidt-Rottluff en 1983 y poco después comenzó a trabajar como docente en varias escuelas de arte.
Sus personajes, generalmente hombres y mujeres anónimos, con frecuencia se dejan ver de pie y vestidos de forma corriente. Sus posturas y apariencia son triviales, mudas y también misteriosas. Elementos tan caprichosos como la posición de las manos, la altura de los hombros o la inclinación de la cabeza se convierten en las claves ocultas que sugieren la relación de estas figuras entre sí y con el espectador. Artista figurativo muy vinculado a los cánones minimalistas, muestra sus personajes cotidianos, sus animales, solitarios o en grupo, y le caracteriza una forma especial de “tallar” la realidad. Busca todas las posibilidades de la escultura figurativa, pero siempre bajo un camino, línea o estilo coherente con su pensamiento. Las huellas, como las virutas, siguen siendo visibles: no se alisa y pule, sino que la superficie permanece viva y abierta.
Balkenhol trabaja la madera desde su infancia. Eligió este material por su facilidad a la hora de ser manipulado, además es liviano y puede trabajarlo de manera independiente, sin necesidad de un equipo, algo impensable a la hora de manejar otros materiales como la piedra o el hierro. La pintura consigue que se olvide hasta del propio material y hace que las esculturas aparenten ser más reales y vivas. Recientemente utiliza la en la mayoría de sus obras madera de wawa para crear sus personajes cotidianos, suele mantener en sus esculturas las marcas del proceso de la talla directa. Juega especialmente con las texturas, sobre todo contrastando la aspereza del desbaste con la finura del pulido. Son maderas astilladas, heridas con las marcas de la herramienta y en las que vemos la huella del proceso de creación. Maderas policromadas en las que el color ayuda a delimitar las formas.
Entre sus referencias: la historia del arte, el cine, la fotografía, la sociedad, la religión, la cultura, la muerte, el sexo, los animales, las imágenes icónicas y legendarias, etc. Cualquier aspecto que incida en la formación del ser contemporáneo tiene cabida en su repertorio de ideas y reflexiones. Sin embargo, hay un común denominador en su trabajo, en su pensamiento y en su obra: el hombre actual. Balkenhol eleva a la máxima consideración la idea del hombre común, del ciudadano de a pie, solitario, relajado y hierático al tiempo.
Balkenhol crea figuras arquetípicas sin individualidad, hombres y mujeres comunes, como Großer Mann mit weißem Hemd und schwarzer Hose (2014) donde un hombre ataviado con camisa blanca y pantalones negros posa su mirada pérdida en el público. Esta figura masculina se repite de forma constante en su trabajo. En la exposición, también se muestran Mann auf Halbkreis (2017), en el que el título hace referencia a la base sobre la que se encuentra la escultura, un semicírculo, “Halbkreis” siempre entendida como parte misma de la obra. En Mann in zwei Kreisen (2017), la figura masculina queda enmarcada dentro de dos círculos, en esta ocasión la figura humana queda minimizada, y la base que parece sustentarla ahora, cobra casi todo el protagonismo como una arquitectura que lo envuelve.
Estas peanas pasan a formar parte de la obra, que solo tienen sentido si se entienden como una unidad junto a la escultura. El motivo nunca queda por encima del material, crea realidades sin que el material caiga en el olvido. Los pedestales ayudan a mostrar la pieza a una cierta altura en el espacio, no tiene intención de aislamiento jerárquico, ni de crear una especie de podio heroico. Ejemplo de ello, la escultura que se expone en el exterior del museo desde su apertura, Moving Man 2 (2002), en el que tres partes forman una escalera, como un basamento hasta llegar a la figura. Otro ejemplo Mann auf schwarzem Würfel (2017)en esta ocasión, la figura desnuda de un hombre, aparece sentada sobre un cuadrado negro a modo de pedestal, le sirve de ambas cosas, como lugar donde sentarse y descansar y como base de la propia escultura, como en anteriores ocasiones, teniendo la misma importancia que la obra en sí. De igual manera, el busto de la mujer Weibliche Büste auf Sockel (2011)queda sustentado por una silla.
En algunas ocasiones Balkenhol viste a sus figuras relajadas con abrigos o chaquetas, como un elemento más de cotidianidad, Man with brown jacket (2017), Mann in dunkelblauem Mantel (2017) o Frau mit pinker jacke (2016). O aparecen con manos cruzadas y actitud serena como Man verschränkte Arme (2017).
Su producción es ingente, el artista alemán puede realizar hasta cien esculturas por año. Entre las treinta y tres obras que componen la muestra, también acompañan la exposición siete obras planas de madera o bajorrelieves. El tipo de relieve predominante en su obra, es el de un panel de madera del que talla sus figuras, dejando la parte posterior del panel como fondo, lo que resulta un efecto altamente pictórico. En Man with fishes, (2017), Relief fliegender Mann (2017) o Relief Mann vor vier Häussern (2017), se aprecia una característica nada común en la obra de Balkenhol. Si para el artista es de suma importancia la relación de la obra en sí con el entorno para poder completarse, en esta ocasión aparecen escenas en la misma obra. Una narración, donde el protagonista vuelve a ser la figura humana del hombre de pantalón negro y camisa blanca, bien nadando en un mar negro entre peces, volando entre las nubes o paseando por una geométrica ciudad, conectada por pasos de peatones. Otros relieves como Man with green shirt (2017), Frau mit weißem Hemd (2003), Relief Frau weiser Hintergrund (2017) y Relief Mann blauer Hintergrund (2017) tienen apariencia de fotografías de identificación de una persona, por el plano que Balkenhol ha elegido y por la actitud callada, familiar y distante al mismo tiempo de cada una de ellas.
La forma de tratar el material y de concebir el espacio por su mentor Ulrich Rückriem, supuso una gran influencia en su obra. El artista cree que algunos de los credos estéticos de su tutor se han convertido en parte de su trabajo, aunque de manera diferente. Este aspecto inacabado se aprecia en casi toda la obra de Balkenhol, como por ejemplo en el vestido de Frau in Robe (2017).
Una temática recurrente en la obra de Balkenhol, sin duda, es la conexión de su obra con la Grecia Clásica, basada en la obsesión que tenían en la importancia del individuo y del humano. El culto a la persona, a lo individual. Es reflejar el macrocosmos del mundo en e l microcosmos del ser humano. Sobre todo, le interesan los rasgos de la naturaleza humana reflejados en los dioses del Olimpo. La retirada de emociones comunes en las figuras mitológicas y la abstención general de expresividad es un recurso recurrente en sus esculturas. En la exposición en el CAC Málaga, dos obras acompañan esta temática, Vase (2015) y Hermaphrodit (2013), no solo relacionadas con la individualidad de la Grecia Clásica, sino también con la libertad en la sexualidad. Así en Vase (2015) una tinaja de madera más de dos metros, muestra escenas de sexo entre varias figuras, siguiendo los patrones estilísticos de las figuras de Balkenhol y la cerámica griega. El jarrón tiene el tono marrón de la terracota, mientras que sus escenas eróticas están dibujadas sobre espacios no pintados. En esta escultura consigue un sorprendente equilibrio entre el peso de los materiales y la levedad perseguida, entre la acción directa y el cálido resultado final, entre el compromiso contemporáneo y el afecto hacia soluciones clásicas. Por otro lado Hermaphrodit (2013), que por cuestiones del destino fue arrastrado por una náyade o espíritu de un lago al fondo del mismo, pidió a los dioses que sus cuerpos se fundiesen y no pudieran separarse jamás. Otra obra en la que aparecen cuerpos desnudos representados es Treppenrelief (2009). Esta, se puede contemplar desde dos puntos de vista determinados: si se mira desde uno de los lados estrechos a los pliegues del acordeón de madera se reconoce una mujer yacente, y desde el lado de enfrente su compañero masculino, mientras que desde cualquier otro lugar los cuerpos se entremezclan para dar origen a una materialidad amorfa.
Por otro lado, como relata Platón en el Banquete, en otros tiempos las personas estaban unidas de dos en dos en las tres combinaciones posibles en razón de su sexo, a saber: mujer-mujer, mujer-varón, varón-varón, formando en cada caso un solo hombre esférico; ahora, en castigo, se hallan separados en dos mitades y vagan por doquier deseosos de encontrar a su mitad perdida para volver a unirse con ella placenteramente en un todo. Stephan Balkenhol hizo suyo el relato con ironía de los “hombres esféricos” en Kugelmenschen (Frau und Mann) (2012). Se expone en el CAC Málaga la mitad femenina y la masculina de una brillante esfera dorada, como si fuesen tortugas varadas y desvalidas.
Otro trabajo en el que parecen representados la figura del hombre y la mujer, Keilrelief, silber, Mann (2010) y Keilrelief, silber, Frau (2010) los cuales, como si de ménsulas se tratara, penetran en el espacio desde la pared: los retratos de un hombre y una mujer se pueden percibir de un modo anatómicamente correcto tan solo desde la distancia, mientras que si se levanta la vista hacia ellos desde cerca, solo se aprecian distorsionados. La idea que parece sugerida por el trasfondo plateado es, así, menos la de un espejo que la de una pantalla. Espejos de nosotros mismos como en Raumkörper, silber, Mann (2010).
A Balkenhol no le atrae el efecto trompe-l’œil, no le gusta que la escultura haga creer que es una persona real. Quiere hacer ver que es una escultura lo que se ve, algo irreal. Por eso altera el tamaño de las figuras a su padecer, como la del hombre y la mujer en Frau vor schwarzer geflochtener Holztafel (2013) y Mann vor schwarzer geflochtener Holztafel (2013).
Además, entre sus referencias, se encuentran las relacionadas con la cultura y la historia del arte, como Saint George and the Dragon (2017) en la que se aprecia la figura masculina predominante de Balkenhol, un hombre con camisa blanca y pantalón negro que clava su lanza/espada sobre un dragón de unas dimensiones claramente en desventaja con la bestia, no es un dragón temible, es más bien una fiera que está cumpliendo el destino que le tocaba seguir, no hay forcejeo, sino aceptación. Por otro lado, Maria (2012), aparece como una mujer de largo vestido azul con un hombre de menores dimensiones cogido en brazos, está acompañada por tres esculturas más planas o bajorrelieves, dos figuras, una masculina Mann mit dunkelblauem Hemd (2012) y otra femenina Frau mit blondem Haar (2012), vestidos con los mismos colores, pero de manera contraria; y otra de un hombre, aparentemente un santo, herido en su costado; y Schmerzensmann (2009), un varón de dolores.
Otra de las obras estrechamente relacionada con la Historia del arte, es Venus von Willendorf (2017). La Venus de Willendorf es una figura paleolítica datada entre 28.000 y 25.000 a. C, sin rostro definido, pero con los atributos propios de la mujer, los pechos y el sexo marcados. De su época de estudiante Balkenhol conserva en su colección de pequeñas réplicas de obras de arte, juguetes y otros objetos que están a la espera de encontrar cabida en una obra. Esta escultura de Balkenhol es ligeramente más esbelta, puede entenderse como una investigación acerca de cómo se ha ido modificando la sexualidad a lo largo del tiempo.
Por último, forma parte de la exposición Daumenabdruck / Schwarzes Quadrat (2014), una obra que difiere del resto tanto formal como estilísticamente. De bulto redondo, es necesario observar las dos caras de la obra, ya que ambas, no podrían ser más opuestas. En una de ellos, el artista ha grabado en el plancha de madera pintada de blanco la huella de su pulgar, muy aumentada. En el otro lado, muestra un cuadrado negro, rodeado por un marco dorado indicando que no se hace referencia en modo alguno a un cuadrado negro cualquiera, sino, al cuadrado negro de Kazimir Malévich. Malévich era plenamente consciente del efecto duradero de su obra como uno de los iconos del arte moderno, pues cuando en 1933, dos años antes de su muerte, se pintó como príncipe renacentista firmó su autorretrato en la esquina inferior derecha precisamente con un pequeño cuadrado negro. También el pulgar del artista se puede leer como un autorretrato, o como un “criptoautorretrato”, que funciona conforme al principio de la huella digital. En la tríada de los signos plásticos, junto al icono y el índice, faltaría el símbolo. Se podría introducir en la obra de Stephan Balkenhol, en las demás tablas, ese tercer elemento que falta, un hombre con camisa blanca y pantalón negro. Pues no en vano esa figura, que viene a ser una firma, se ha convertido ella misma a lo largo de los años y decenios en todo un símbolo, como una afirmación para el artista alemán.
Entre sus exposiciones individuales más importantes de los últimos años se encuentran: Von der Heydt-Museum, Wuppertal (1998), Sprengel Museum, Hannover (2003), National Museum of Contemporary Art, Osaka, y Tokyo Opera City Art Gallery (2005), Staatliche Kunsthalle Baden-Baden (en 2006 itineró al Museum der Moderne Salzburg y MKM Museum Küppersmühle für Moderne Kunst, Duisburg), Deichtorhallen Hamburg (2008/09), Musée de Grenoble (2010/11), Kunstmuseum Ravensburg (2014) y Moscow Museum of Modern Art (2016).
Para el ámbito público Balkenhol ha creado, entre otras obras: Man with Fish, Chicago (2000), Four Large Figures, San Francisco (2005), Giraffenmann, Estrasburgo (2006), Sphaera, Salzburgo (2007), Balanceakt, Berlín, y Sempre più…, Foro Romano, Roma (2009), Mann im Turm, Iglesia de Santa Isabel, Kassel (2012), monumento a Richard Wagner, Leipzig (2013) y monumento a Jean Moulin, Metz (2014). La obra de Balkenhol forma parte de numerosas colecciones privadas y públicas de todo el mundo.
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