sábado, 10 de septiembre de 2016

El Diario de una Minina : Maktub

EL DIARIO DE UNA MININA: "MAKTUB". 
En árabe significa "está escrito", o, si vamos más allá del pensamiento ordinario (no por su ordinariez, sino por el uso o el desuso que del mismo hacemos), y aplicándolo a nuestro contexto cultural, diríamos: "hágase Tu voluntad". 
Nací en el marco de la religión comunista donde Lenin era el ídolo y sus enseñanzas y valores eran los nuestros, que no eran malos, la verdad sea dicha, sobre todo por ser un plagio descarado de las enseñanzas de Jesucristo.
Verán, yo a la misa voy poco, pero con el Padre en privado hablo bastante.


La primera vez que hablé con él fue cuando tenía catorce años y la Parca me estuvo mirando a la cara. Fue camino del campeonato de volley pista que se celebraba en Kiev. Dos drogatas armados con navajas querían pasta. Les dije que pasta no tenía y me llevé unos cuantos golpes. Cuando vi el resplandor del metal todo empezó a transcurrir a "cámara lenta". Entonces me acordé del "Padre nuestro" que había aprendido con mi padre, quien era un devoto clandestino, y empecé a rezar mentalmente. El miedo desapareció al pronunciar la frase "hágase Tu voluntad". De pronto dos policías doblaron la esquina y sólo me llevé un arañazo de la navaja que me dejó una cicatriz diagonal en el vientre a modo de recordatorio de que Él existe, me escucha y me ayuda.
Desde aquel entonces cuando me veo en una situación que se escapa a mi control, cuando ya se me han agotado todas las herramientas y me estoy hundiendo en un pozo de impotencia y desesperación, toco la cicatriz y empiezo a hablarle. Y le hablo muy seriamente: "Vamos a ver, Padre, quedamos en que esto aquí no era un despropósito, aunque a todas luces me lo parezca, sino Tu Plan, que, por cierto, no te has tomado la molestia de compartir conmigo, pero te digo una cosa: como no tomes cartas en el asunto, tiro la toalla, eh? Vale, vale, hágase Tu voluntad, pero que yo me entere bien de lo que tengo que hacer!"
Normalmente estas conversaciones las tengo con la cabeza en la almohada, para consultarla también y así tener una segunda opinión.
Al día siguiente me despierto con las "antenas" puestas para escuchar la respuesta. Y por muy místico que os pueda parecer, llega.
Llega a través de las personas y las circunstancias que Él me pone en el camino. Y lo más curioso es que a la hora de afrontar las situaciones, llegan las palabras y las decisiones adecuadas, actúo sin el menor atisbo de duda porque todo fluye; una inmensa alegría y agradecimiento se adueñan de mi ser, al saber que estoy haciendo aquello que me corresponde, porque está escrito con Su Mano. 

Tatiana Minina 
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