Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega se presentaron media hora tarde a
su juicio. Lógico. El independentismo de hoy llega todavía con más
retraso. Con un siglo o dos de retraso. «Dicen que cuando en Nueva York
son las tres de la tarde, en Europa son las nueve de diez años antes»,
escribió Enric González en su libro sobre la ciudad estadounidense.
Estos muchachos de la desconexión (neuronal) han conseguido que
Barcelona sea un sitio al que se llega a través de alguna puerta del
Ministerio del Tiempo. Los cánticos de fuera del tribunal sonaban mucho
más modernos.
De los 60 y 70. De la época de la falda pantalón. Además
de 'Els segadors', los simpatizantes atacaron 'L'estaca' (ni que decir
que Lluís Llach estaba por allí). Les faltó el coro de 'Nabucco'. Rigau
acusó a la directora de un instituto que se negó a abrirlo para poner
urnas de «actuar por un trasfondo político». Les faltó 'Había una vez un
circo'. Y llevar falda pantalón.
Rosa Belmonte
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