La actividad cultural ya genera 450 millones de euros y se vincula a 6.000 empleos directos e indirectos, según el cálculo empresarial.
álaga capital presentó ayer su nueva imagen de marca como Ciudad de museos. Donde habita el arte. Un lema con el que se quiere potenciar la proyección turística y cultural de la urbe que en estos momentos atesora un total de 37 centros de exposiciones, con el Museo Picasso, el Thyssen, el Pompidou, el Centro de Arte Contemporáneo y el Ruso como espacios más sobresalientes. Al acto de ayer se le quiso dar toda la solemnidad en su puesta en escena, con el respaldo a la iniciativa de todas las administraciones y promotores privados que ahora actuarán bajo esta nuevo paraguas.
Por ese motivo y pese a que el área de Turismo del Ayuntamiento de Málaga lleva más de un mes con la organización del evento, resulta extraño la fecha elegida para la celebración: un martes, que técnicamente imposibilitaba la presencia del consejero de Turismo de la Junta, debido a que ese es el día de la reunión semanal del consejo de Gobierno, y también evitó la asistencia del presidente de Diputación y presidente del Patronato provincial de Turismo, Elías Bendodo, que ayer celebraba el pleno mensual de la entidad supramunicipal.
El rango de la representación institucional se vio ayer , por tanto, seriamente mermado. Pocos, a día de hoy, pueden dudar de que Málaga es ya una ciudad de museos.
El presidente de los empresarios andaluces, Javier González de Lara, aseguró que esta actividad genera ya más de 450 millones de euros anuales y llegan a los 6.000 empleos directos e indirectos los que se pueden vincular a esta propuesta. También estima que ya puede cuantificarse en casi 850.000 las visitas que al año reciben estos espacios. La mesa redonda previa a la presentación de la nueva imagen de marca, con la presencia de algunos de los gestores culturales más importantes, y en la que se echó en falta al representante del Thyssen de Málaga, sirvió para constatar también la fortaleza de la oferta y para escuchar algunas interesantes iniciativas para continuar el avance, como la necesidad de complementar con la música el actual panorama museístico.
Un éxito que se debe fundamentalmente al tesón y empeño personal del alcalde de la capital, Francisco de la Torre, después del gran espaldarazo que supuso el Museo Picasso Málaga. Pero el triunfo no puede atribuirse a una estrategia concreta, más allá del empeño por conseguir que la ciudad pudiera aprovechar cualquier oportunidad para alojar una entidad cultural de prestigio. Ésta es la realidad de Málaga, que ahora toca fortalecer y mejorar.
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