Nedovic anotó 22 puntos
El conjunto malagueño suma su tercera victoria en la Liga Endesa en un partido sin oposición
Los Unicaja-Betis (o Caja San Fernando o Cajasol; el equipo de Sevilla, en definitiva) tienen algo especial. Son los dos equipos andaluces en la máxima competición y aunque el conjunto malagueño está un escalón por encima, un derbi siempre es un derbi. El problema es que el de ayer duró apenas un cuarto, el tiempo necesario para que el Unicaja le dejara bien claro a su rival que no tenía nada que hacer en el Palacio de los Deportes. El resultado final (99-71) lo dice todo y el partido terminó siendo casi un entrenamiento para los de Plaza, probando cambios en las posiciones de los jugadores y dando entrada a los menos habituales.
El Betis no tiene tan mala plantilla –de hecho, tiene jugadores de renombre (Schilb o Boungou-Colo)–, pero está pagando el haber tenido que confeccionar una plantilla para la ACB en apenas unas semanas, ya que en teoría iban a disputar la LEB Oro hasta que un juzgado determinó que su descenso no se certificara. Esta falta de rodaje y el hambre mostrada ayer por el Unicaja convirtieron el encuentro en un espectáculo en el que lo importante era ver las jugadas que se inventaban Nedovic o McCallum o si el conjunto local llegaba a los cien puntos
Podía haber caído en el error el cuadro de Plaza de relajarse, de no tomarse en serio al Betis, tras la gran victoria del jueves ante el Fenerbahçe. Esas cosas pasan, sobre todo cuando hay jugadores más inexpertos o que no conocen la Liga. Por suerte, el equipo malagueño salió ayer al cien por cien y en los diez primeros minutos, e incluso antes, dejó el partido sentenciado. Hace bien el Unicaja en amarrar estos partidos en teoría menos complicados, especialmente en casa. Con la competición más avanzada y con el desgaste que seguro que genera la Euroliga, cada vez será más difícil sumar en la Liga Endesa. El conjunto malagueño sumó ayer su tercera victoria en cuatro partidos de ACB sin necesidad de mucho esfuerzo y se prepara así para afrontar retos mayores, como los que se le plantean la próxima semana (Olympiacos y Real Madrid, ambos lejos de Málaga). El equipo de Plaza estuvo muy serio en líneas generales y contó con un extraordinario Carlos Suárez, que sumó en todos los aspectos del juego (12 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias). Nedovic y McCallum se divirtieron en ataque, anotando y asistiendo, y los canteranos Okouo y Soluade tuvieron minutos de rodaje en una tarde apacible.
Con Dani Díez en el quinteto inicial, ya recuperado de su lesión y los habituales Díaz, Nedovic, Brooks y Augustine, el Unicaja abrió un parcial de 10-0 en apenas dos minutos. Con esos diez puntos de diferencia, los locales ya jugaron cómodos toda la primera mitad. El pívot Anosike reducía diferencias para el Betis, pero dos triples de Salin permitían el 28-17 al final del primer parcial. El Unicaja circulaba bien el balón en ataque y el Betis además daba muchas facilidades. Al descanso se llegó con 46-32 y la sensación de que el Unicaja no se tenía que esforzar mucho.
Tras el paso por los vestuarios, un parcial de 8-0 lo confirmaba para terminar de romper el partido. Lo intentó el Betis, que llegó a recortar las diferencias a 13, pero fue un espejismo (74-52). El último parcial, ya sin atisbo de defensas, el interés estaba en ver si el Unicaja era capaz de llegar a los 100 puntos. Tuvo Soluade dos tiros libres para lograrlo, pero falló uno para dejar el 99-71.
El conjunto malagueño suma su tercera victoria en la Liga Endesa en un partido sin oposición
Los Unicaja-Betis (o Caja San Fernando o Cajasol; el equipo de Sevilla, en definitiva) tienen algo especial. Son los dos equipos andaluces en la máxima competición y aunque el conjunto malagueño está un escalón por encima, un derbi siempre es un derbi. El problema es que el de ayer duró apenas un cuarto, el tiempo necesario para que el Unicaja le dejara bien claro a su rival que no tenía nada que hacer en el Palacio de los Deportes. El resultado final (99-71) lo dice todo y el partido terminó siendo casi un entrenamiento para los de Plaza, probando cambios en las posiciones de los jugadores y dando entrada a los menos habituales.
El Betis no tiene tan mala plantilla –de hecho, tiene jugadores de renombre (Schilb o Boungou-Colo)–, pero está pagando el haber tenido que confeccionar una plantilla para la ACB en apenas unas semanas, ya que en teoría iban a disputar la LEB Oro hasta que un juzgado determinó que su descenso no se certificara. Esta falta de rodaje y el hambre mostrada ayer por el Unicaja convirtieron el encuentro en un espectáculo en el que lo importante era ver las jugadas que se inventaban Nedovic o McCallum o si el conjunto local llegaba a los cien puntos
Podía haber caído en el error el cuadro de Plaza de relajarse, de no tomarse en serio al Betis, tras la gran victoria del jueves ante el Fenerbahçe. Esas cosas pasan, sobre todo cuando hay jugadores más inexpertos o que no conocen la Liga. Por suerte, el equipo malagueño salió ayer al cien por cien y en los diez primeros minutos, e incluso antes, dejó el partido sentenciado. Hace bien el Unicaja en amarrar estos partidos en teoría menos complicados, especialmente en casa. Con la competición más avanzada y con el desgaste que seguro que genera la Euroliga, cada vez será más difícil sumar en la Liga Endesa. El conjunto malagueño sumó ayer su tercera victoria en cuatro partidos de ACB sin necesidad de mucho esfuerzo y se prepara así para afrontar retos mayores, como los que se le plantean la próxima semana (Olympiacos y Real Madrid, ambos lejos de Málaga). El equipo de Plaza estuvo muy serio en líneas generales y contó con un extraordinario Carlos Suárez, que sumó en todos los aspectos del juego (12 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias). Nedovic y McCallum se divirtieron en ataque, anotando y asistiendo, y los canteranos Okouo y Soluade tuvieron minutos de rodaje en una tarde apacible.
Con Dani Díez en el quinteto inicial, ya recuperado de su lesión y los habituales Díaz, Nedovic, Brooks y Augustine, el Unicaja abrió un parcial de 10-0 en apenas dos minutos. Con esos diez puntos de diferencia, los locales ya jugaron cómodos toda la primera mitad. El pívot Anosike reducía diferencias para el Betis, pero dos triples de Salin permitían el 28-17 al final del primer parcial. El Unicaja circulaba bien el balón en ataque y el Betis además daba muchas facilidades. Al descanso se llegó con 46-32 y la sensación de que el Unicaja no se tenía que esforzar mucho.
Tras el paso por los vestuarios, un parcial de 8-0 lo confirmaba para terminar de romper el partido. Lo intentó el Betis, que llegó a recortar las diferencias a 13, pero fue un espejismo (74-52). El último parcial, ya sin atisbo de defensas, el interés estaba en ver si el Unicaja era capaz de llegar a los 100 puntos. Tuvo Soluade dos tiros libres para lograrlo, pero falló uno para dejar el 99-71.
Enrique Miranda
Diario Sur
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