lunes, 4 de julio de 2016

Diario de Una Minina : Un Día Como Hoy

EL DIARIO DE UNA MININA: “UN DÍA COMO HOY”.
El mejor estimulante no es el café, no me cuenten historias - es el despertador que no ha sonado, como me ha acontecido hoy. 
Una luz intensa entra por la ventana. No, no es el destello de un OVNI, pero igualmente te lleva a un estado de lucidez extraterrestre y velocidad de un platillo volante, tras situarte en el tiempo y espacio y analizar el hecho de haber podido levantar los párpados sin ninguna dificultad. Son esas pocas veces cuando un lunes por la mañana no te supone ningún esfuerzo despertarte temprano y quedarte con los ojos abiertos de par en par - suelen ser los lunes de vacaciones, una soberbia putada.
Pero no estoy de vacaciones, y me entran todas las dudas existenciales a la vez, sobre todo la de “señorporquémehasdejado???”. Se despejan al mirar la pantalla del móvil, donde además de la hora, wasap, facebook y otros devoratiempos hay una maravillosa aplicación de la Empresa de Transporte malagueño, que permite ver el iconito del bus desplazarse por la lista de las paradas en tiempo real, y yo, que no soy competitiva, me veo obligada a correr más que el bus acabadito de salir der Palo, mi última oportunidad de llegar al trabajo a tiempo.
El resto es historia, la historia de un maratón. El aseo express donde aseada quedo yo y el suelo también. Elegir la ropa nunca ha sido tan fácil: el Noséquéponerme no entorpece el proceso por la cuenta que le puede caer y me da la combinación acorde al “status quo”: zapatillas, vaqueros, camiseta. El segundo tramo del maratón pasa por el taller de chapa y pintura para recoger su versión portátil y la nevera donde se realiza la recogida del combustible comestible; ambos terminan en el bolso. El último tramo tiene obstáculos arquitectónicos: puertas y escaleras, pero consigo llegar a la meta junto con el chofer del bus. 
Al pasar la tarjeta a la hora de siempre he podido comprobar, que la única diferencia entre levantarse a las 6:00 y a las 7:30 radica en no haber tomado mi café en la terraza, aunque como ya he dicho, un día como hoy no es imprescindible.
Tatiana Minina 
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