"Que os follen, /con una rosa de púas como escarpias. / Que os follen, / que os metan una gaviota con las alas abiertas por el culo". Francisco Contreras (Elche, 1985), alias Niño de Elche, mastica la indignación -la suya propia, la de la calle- y la escupe. En sus canciones, donde fusiona sin ningún reparo palos flamencos con la música popular más reciente, se expresa sin pelos en la lengua.
Para él es "necesario" manchar de crítica todo aquello que toca con su pluma, su timbre, su música. La voz de Niño de Elche suena clara, limpia, recta, reivindicativa en "tiempos de neocaspa". En su último trabajo, Voces del extremo, se sirve de los versos contestatarios de Antonio Orihuela, Begoña Abad o Bernardo Santos. "Admiro sobre todo a Miguel Hernández, a quien le he dedicado dos discos, porque murió por unos ideales", puntualiza durante la entrevista, concertada después de su charla en el seminario Letras y música: canciones entre dos siglos, que se celebrará en el Centro Andaluz de las Letras hasta el viernes.
-Cuando era un crío ganaba premios en peñas flamencas. ¿Cómo empieza a gestarse la metaformosis hasta llegar a ser el artista de hoy, el Niño de Elche?
-A los 17, 18 años, mi dinámica se orienta hacia los territorios de la experimentación y la estética vanguardista. Abro una especie de caja de Pandora. Entre los 18 y los 20 años decido iniciar proyectos diferentes y alejarme del mundo de las peñas, los tablaos, los concursos. Pero me alejé del mundo del flamenco, no del flamenco. Todo lo que hago rezuma flamenco como rezuma minimalismo, ambient o dadaísmo. Mi alejamiento fue del mundo social flamenco.
-¿Por qué se aleja?
-Porque no me veo reflejado en él. Le tengo asco a ese mundo porque es bastante fascistas. No me refiero a sus hábitos conservadores. Lo que no me gusta es todo lo que se genera alrededor de ese fascismo. Si llevo los códigos del flamenco a otros territorios es porque el flamenco clásico no me ayuda a contar cosas, ni a relacionarme.
-Es capaz de fusionar los verdiales, ese palo malagueño que se escucha en plena calle durante la feria, con la música electrónica, asociada a veces a las raves. ¿La manera de vivir la música en ambos casos es parecida?
-Es parecida, sí (risas). Mi ejercicio muchas veces es conectar cosas a una máquina. No me considero un loco en el laboratorio buscando esta cosa de la experimentación.
-¿Se deja influenciar menos por la autocensura que otro músico con una propuesta menos arriesgada, más ligera, quizá?
-No lo sé. Al menos yo a nivel artístico lo hago porque es mi válvula de escape, la manera de escapar de mis esquizofrenias. En la vida privada sí que me censuro. La música me sirve para no tener que pagar muchos psicólogos (risas).
-La canción Que os den es una estupenda terapia que invita a reflexionar. ¿Se refiere explícitamente al PP, al PSOE y a la extinta IU?
-Que cada uno piense lo que quiera. El mensaje que mando a esos partidos en muy concreto: que os follen. Y es un pensamiento colectivo, no sólo individual.
-¿Piensa que ese pensamiento despertó a raíz del 15-M?
-El 15-M ha supuesto un cambio de paradigma para una generación. Hay luz, hay una actitud de crear una luz aunque sea mentira. Nuestra generación ha vivido en la desidia, en la oscuridad.
-Anicet hablaba de la generación perdida. Sin casa, sin trabajo, sin futuro.
-Exactamente. El 15-M ha conseguido algo muy positivo: animar a toda una generación. Ha sido un coach. Eso es lo importante. Su finalidad era despertar a la gente. El cambio se ha visto reflejado en las radios y televisiones. Hoy en día se habla de política en prime time. Podemos debatir de qué política, pero se habla. Hace unos años no ocupaba tanto espacio en las parrillas de televisión. El 15-M ha cambiado cosas, quizá no tantas como deseábamos, pero este estructura de estado no permite mucho más.
-Pedro Ruy-Blas me dijo que vivíamos una continuación del fascismo. ¿Lo cree usted también?
-Claro, pero eso es muy fácil decirlo ahora. La gente en los 80 porqué no lo decía, entre ellos él. ¿Por qué cuando hubo un golpe de estado no dijeron nada? ¿Por qué en los 90 con la corrupción de Felipe González nadie abría la boca, sobre todo en Andalucía? ¿Por qué se ha creado el clientelismo andaluz? Eso no es por culpa de los andaluces o los vascos. Ahora está de moda hablar del postfranquismo. Ahora hablan de lo fácil. ¿Por qué miraban con recelo el movimiento 15-M? Esa autocrítica hay que hacerla. Lo que vivimos en una continuidad del franquismo, vale, pero ¿qué hacemos? ¿Votamos al PSOE? No. ¿Votamos al PP? No. Si ganara Podemos seguiríamos viviendo en un estado postfranquista. Es el sistema en sí el problema.
-¿Puede ser Podemos socialdemócrata y comunista a la vez?
-Sí, pueden convivir esas dos corrientes en el partido. Sin embargo, pasa lo siguiente y te lo voy a ilustrar con una anécdota. Un amigo de un partido me contó que en el Parlamento cómo mucho puedes aspirar a ser socialdemócrata. Eso creo yo también.
-Volviendo a la música, ¿qué artistas te han animado a ser tan crítico?
-Paco Ibáñez me ha enseñado muchas cosas. Músicos no tantos, artistas sí más. Gente además con la que he tenido el gusto de trabajar: Antonio Orihuela, Isidoro Valcárcel Medina, Marina Garcés. En España no hay pensamiento de músico como tal. Hace poco actué en el Sónar y hablé con Brian Eno. De repente te fijas en cómo piensa y dices: "España está a años luz".
-Su último trabajo, Voces del Extremo, se puede descargar desde su página web. Durante la charla de Pasión Vega y Luis Eduardo Aute, enmarcada en el curso donde participa, se habló de la piratería, uno de los grandes males de la industria según ellos. ¿Cree que es una excusa más para justificar el mal funcionamiento de la industria?
-Quizá, pero ese enunciado me parece una de las grandes esquizofrenias que vive el mundo de la música. Todo el mundo pirateamos, pero lo que más me fastidia es que utilizan a estas instituciones perversas como espacios de justicia y no lo son.
-¿La SGAE debería desaparecer?
-Sí, sin duda. Más que la SGAE, el pensamiento SGAE. Me refiero al pensamiento copyright. No puedo apoyar a la SGAE porque me parece una asociación antidemocrática. Lo que haga SGAE de puertas para adentro no me interesa, lo que pasa es que una sociedad privada que tiene la potestad estatal. Ahí está lo perverso.
Para él es "necesario" manchar de crítica todo aquello que toca con su pluma, su timbre, su música. La voz de Niño de Elche suena clara, limpia, recta, reivindicativa en "tiempos de neocaspa". En su último trabajo, Voces del extremo, se sirve de los versos contestatarios de Antonio Orihuela, Begoña Abad o Bernardo Santos. "Admiro sobre todo a Miguel Hernández, a quien le he dedicado dos discos, porque murió por unos ideales", puntualiza durante la entrevista, concertada después de su charla en el seminario Letras y música: canciones entre dos siglos, que se celebrará en el Centro Andaluz de las Letras hasta el viernes.
-Cuando era un crío ganaba premios en peñas flamencas. ¿Cómo empieza a gestarse la metaformosis hasta llegar a ser el artista de hoy, el Niño de Elche?
-A los 17, 18 años, mi dinámica se orienta hacia los territorios de la experimentación y la estética vanguardista. Abro una especie de caja de Pandora. Entre los 18 y los 20 años decido iniciar proyectos diferentes y alejarme del mundo de las peñas, los tablaos, los concursos. Pero me alejé del mundo del flamenco, no del flamenco. Todo lo que hago rezuma flamenco como rezuma minimalismo, ambient o dadaísmo. Mi alejamiento fue del mundo social flamenco.
-¿Por qué se aleja?
-Porque no me veo reflejado en él. Le tengo asco a ese mundo porque es bastante fascistas. No me refiero a sus hábitos conservadores. Lo que no me gusta es todo lo que se genera alrededor de ese fascismo. Si llevo los códigos del flamenco a otros territorios es porque el flamenco clásico no me ayuda a contar cosas, ni a relacionarme.
-Es capaz de fusionar los verdiales, ese palo malagueño que se escucha en plena calle durante la feria, con la música electrónica, asociada a veces a las raves. ¿La manera de vivir la música en ambos casos es parecida?
-Es parecida, sí (risas). Mi ejercicio muchas veces es conectar cosas a una máquina. No me considero un loco en el laboratorio buscando esta cosa de la experimentación.
-¿Se deja influenciar menos por la autocensura que otro músico con una propuesta menos arriesgada, más ligera, quizá?
-No lo sé. Al menos yo a nivel artístico lo hago porque es mi válvula de escape, la manera de escapar de mis esquizofrenias. En la vida privada sí que me censuro. La música me sirve para no tener que pagar muchos psicólogos (risas).
-La canción Que os den es una estupenda terapia que invita a reflexionar. ¿Se refiere explícitamente al PP, al PSOE y a la extinta IU?
-Que cada uno piense lo que quiera. El mensaje que mando a esos partidos en muy concreto: que os follen. Y es un pensamiento colectivo, no sólo individual.
-¿Piensa que ese pensamiento despertó a raíz del 15-M?
-El 15-M ha supuesto un cambio de paradigma para una generación. Hay luz, hay una actitud de crear una luz aunque sea mentira. Nuestra generación ha vivido en la desidia, en la oscuridad.
-Anicet hablaba de la generación perdida. Sin casa, sin trabajo, sin futuro.
-Exactamente. El 15-M ha conseguido algo muy positivo: animar a toda una generación. Ha sido un coach. Eso es lo importante. Su finalidad era despertar a la gente. El cambio se ha visto reflejado en las radios y televisiones. Hoy en día se habla de política en prime time. Podemos debatir de qué política, pero se habla. Hace unos años no ocupaba tanto espacio en las parrillas de televisión. El 15-M ha cambiado cosas, quizá no tantas como deseábamos, pero este estructura de estado no permite mucho más.
-Pedro Ruy-Blas me dijo que vivíamos una continuación del fascismo. ¿Lo cree usted también?
-Claro, pero eso es muy fácil decirlo ahora. La gente en los 80 porqué no lo decía, entre ellos él. ¿Por qué cuando hubo un golpe de estado no dijeron nada? ¿Por qué en los 90 con la corrupción de Felipe González nadie abría la boca, sobre todo en Andalucía? ¿Por qué se ha creado el clientelismo andaluz? Eso no es por culpa de los andaluces o los vascos. Ahora está de moda hablar del postfranquismo. Ahora hablan de lo fácil. ¿Por qué miraban con recelo el movimiento 15-M? Esa autocrítica hay que hacerla. Lo que vivimos en una continuidad del franquismo, vale, pero ¿qué hacemos? ¿Votamos al PSOE? No. ¿Votamos al PP? No. Si ganara Podemos seguiríamos viviendo en un estado postfranquista. Es el sistema en sí el problema.
-¿Puede ser Podemos socialdemócrata y comunista a la vez?
-Sí, pueden convivir esas dos corrientes en el partido. Sin embargo, pasa lo siguiente y te lo voy a ilustrar con una anécdota. Un amigo de un partido me contó que en el Parlamento cómo mucho puedes aspirar a ser socialdemócrata. Eso creo yo también.
-Volviendo a la música, ¿qué artistas te han animado a ser tan crítico?
-Paco Ibáñez me ha enseñado muchas cosas. Músicos no tantos, artistas sí más. Gente además con la que he tenido el gusto de trabajar: Antonio Orihuela, Isidoro Valcárcel Medina, Marina Garcés. En España no hay pensamiento de músico como tal. Hace poco actué en el Sónar y hablé con Brian Eno. De repente te fijas en cómo piensa y dices: "España está a años luz".
-Su último trabajo, Voces del Extremo, se puede descargar desde su página web. Durante la charla de Pasión Vega y Luis Eduardo Aute, enmarcada en el curso donde participa, se habló de la piratería, uno de los grandes males de la industria según ellos. ¿Cree que es una excusa más para justificar el mal funcionamiento de la industria?
-Quizá, pero ese enunciado me parece una de las grandes esquizofrenias que vive el mundo de la música. Todo el mundo pirateamos, pero lo que más me fastidia es que utilizan a estas instituciones perversas como espacios de justicia y no lo son.
-¿La SGAE debería desaparecer?
-Sí, sin duda. Más que la SGAE, el pensamiento SGAE. Me refiero al pensamiento copyright. No puedo apoyar a la SGAE porque me parece una asociación antidemocrática. Lo que haga SGAE de puertas para adentro no me interesa, lo que pasa es que una sociedad privada que tiene la potestad estatal. Ahí está lo perverso.
Isabel vargas
MÁLAGA HOY
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