Cuando los tontos mandan de Javier Marías
“No es que los jueces hayan sido nunca demasiado de fiar”.
Siempre me ha gustado Javier Marías. Los que pasan habitualmente por aquí lo saben: no hay novela suya que no haya leído con placer. Por eso no dudé en comprar su último título, pese a no ser una novela. Hoy traigo a mi estantería virtual, Cuando los tontos mandan.
Cuando los tontos mandan es una recopilación de los artículos que publica el autor en el suplemento El País Semanal. Nada menos que noventa y cinco artículos que han sido publicados entre 2015 y 2017.
Si ya es complicado hablar de un libro de relatos hacerlo sobre uno de artículos lo es incluso más. Sobre todo porque todos ellos son artículos publicados tanto en prensa escrita como digital y, además, exportados a la página web del autor. sin embargo, esta que aquí opina, odia dejar la bibliografía de algunos escritores “coja” (con permiso del señor Marías que en uno de sus artículos se queja del maltrato mediante determinadas frases que hacemos del idioma), así que pensé que estaría bien tener estos artículos encuadernados como si se tratara de un coleccionable.
Para quienes conozcan su trayectoria en el suplemento, nada que añadir. Javier Marías opina sin pelos en la lengua y, quizás por eso, muchas de sus opiniones han incendiado las redes sociales pese a que él no posea cuenta alguna en ellas. Y es que nos deja perlas como estas:
“La mayoría de los pisos de los que sus medio-dueños han sido expulsados no sirven de nada”.
“A veces tengo la sensación de que este es un país definitivamente idiota, en la escasa medida en que puede generalizarse, claro”.
Pocos temas escapan de su opinión y nos encontramos casi siempre, y salvo excepciones como los elogios a la pluma de Colin Dexter, críticas a las opiniones que cambian según los premios que reciban algunas obras, la Iglesia, la Semana Santa, el Papa, la política, las redes sociales, más política, la necesidad que parecemos tener de buscar culpables ante una desgracia, los valientes y los cobardes o la educación. Es verdad que todas sus opiniones tienen algo de molesto, bien sea por no compartidas o por el tono que oscila entre la decepción y el enfado de un escritor que no duda en decir que tiempos pasados le gustaban más que el actual. Habla, por supuesto, de cultura y literatura, de cine y crítica, pero su mirada abarca un campo mucho más amplio y uno tiene la sensación a grandes ratos de estar ante uno de esos monólogos que se realizan con una pared de ladrillos al fondo. También no s dice, en repetidas ocasiones, que él no se cree más listo que nadie, aunque incluso en esa afirmación el lector no puede dejar de observar cierto tono de quien se ve de vuelta de todo y le importan poco o nada las reacciones a sus opiniones.
Dicho esto, y esta es mi opinión, uno sale de la lectura con la sensación de que el autor de estos artículos ha entrado ya en esa edad en la que no le apetece callarse nada y, seamos sinceros, tampoco tiene necesidad de hacerlo.
Suelo terminar recomendando o no la lectura de aquellos libros que traigo a este blog. En este caso, y puesto que son artículos que ya han visto la luz y que seguramente puedan encontrarse, lo dejo al criterio de cada cual. Eso sí, recomiendo en todo caso su lectura, a pequeñas dosis, si acaso uno o dos al día. La lectura continuada excediendo esta dosis, puede causar efectos adversos (“animadversos” hacia el autor diría yo) en el lector.
Y si aún no habéis leído nada de Javier Marías, os recomiendo Corazón tan blanco.
Por: Entre montones de libros
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