domingo, 8 de abril de 2018

Doré en el Thyssen

Foto: J. Albiñana
La exposición reúne 40 xilografías del artista francés que plasman momentos pintorescos y monumentos de Andalucía en el siglo XIX, con una visión romántica y costumbrista de la región

El Museo Carmen Thyssen de la capital malagueña inauguró ayer la exposición Gustave Doré, viajero por Andalucía, que reúne 40 xilografías del artista francés y 21 fotografías de mediados del siglo XIX en al que se pudo basar para realizar sus trabajos. El ilustrador se propuso junto al hispanista Jean-Charles Davillier plasmar en un recorrido por Andalucía una visión más realista del país, pero acabaron plasmando escenas costumbristas, pintorescas y de grandes monumentos como la Alhambra. Ofrecieron así una imagen que continuaba con el romanticismo de los visitantes europeos de la década de 1830.

Así, el trabajo de Doré está vinculado a un romanticismo tardío en el que España estaba de moda en Europa por "exótica", explicó ayer en una rueda de prensa la directora artística de la pinacoteca y comisaria de la muesta, Lourdes Moreno, junto a la directora técnica del Área de Exposiciones de la Universidad de Cantabria, Nuria García; y el coleccionista Juan Antonio Fernández Rivero. La exposición, que podrá visitarse en la Sala Noble del museo hasta el 15 de julio, es una colaboración entre el Thyssen, la Universidad de Cantabria y la colección de Rivero.


EL ILUSTRADOR FUE RESPONSABLE DE LA ICONOGRAFÍA DE 'EL QUIJOTE' DE CERVANTES
Gustave Doré es uno de los grandes ilustradores de su tiempo y es responsable de la iconografía de El Quijote, además de los primeros en plasmar los tópicos malagueños como los navajeros. "Tiene el privilegio y la habilidad de poner imágenes a un pensamiento común", destacó la comisaria de la muestra, la cual "permite encontrar fuentes de inspiración de ciertos pintores" de la colección permanente del museo.

Las estampas de la exposición están relacionadas con un viaje que realizó el ilustrador junto al barón normando Jean-Charles Davillier, uno de los grandes hispanistas de su tiempo. Él es quién propone a Doré este recorrido por España, aunque era una idea que "cohexistía" entre ambos. Así, en 1862, aunque ambos conocían el país, se ponen en marcha y pasan por Almería, Granada, Málaga, Sevilla, Córdoba, Cádiz y Jerez, y configuran una obra continuista sin proponérselo. "Es cierto que la obra de Doré está dotada de un hálito romántico, de un espíritu romántico; en el paisaje se muestra vinculado a la idea de lo sublime y el resto de estampas vinculado aún a la idea de los tópicos", explicó Moreno.

Las imágenes de este viaje verían la luz entre 1862 y 1873 en las entregas de la revista Le Tour du Monde, editada en París y compiladas finalmente en el libro L'Espagne, en 1874. Aunque la autoría intelectual es de Doré, las estampas están realizadas por un equipo compuesto por los mejores grabadores del momento, que trasladaban a la madera los diseños y dibujos del artista, precisó García.

La exposición comenzó a gestarse a raiz de unos ciclos de conferencias sobre viajeros europeos que tuvo lugar en el museo. La idea inicial era comparar fotografías de la época con los grabados de Doré, por lo que Moreno se puso en contacto con Rivero y se llevaron una sorpresa. En una investigación el coleccionista descubrió una relación directa entre las imágenes y la obra de Doré. Se trataba de una práctica muy común durante el siglo XIX que nació con la propia fotografía, ya que una de las grandes aplicaciones de esta era trabajar para la industria editorial en la reproducción de grabados, porque todavía no había forma directa de pasar las imágenes al libro.

En este sentido, Rivera explicó que en las primeras ediciones del libro de Davilier y Doré se menciona a un fotógrafo francés que hizo una gira por España en 1858 y cómo se usó una fotografía tomada por él de un gitano de Granada para hacer un grabado.

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