Se mire por donde se mire desde Málaga, sólo cabe ser optimista con el nuevo Gobierno de España. Peor no se podía caer en cuanto a las inversiones que se habían previsto en el presupuesto elaborado por los populares, que pese a todo lo que ha caído parece que no van a descansar en paz. La salida de Rajoy les puede sacar rápido del purgatorio en el que acaban de entrar. Málaga no estaba siendo bien tratada por el Ejecutivo, pese a lo proclamado por Elías Bendodo en la hora del adiós. Es cierto que los datos de creación de empleo son incontestables, pues hay 75.000 malagueños que han encontrado un trabajo desde que el PP llegó al poder en el año 2011. Magnífico dato. Otra cosa son los 2.500 millones que dice que se han dejado en la provincia, que nadie sabe exactamente dónde están o dónde se han invertido. No ofreció detalles de eso. Aquí se han podido hacer las cuentas de la lechera e incluir lo que se ha presupuestado, que no llega a esa cifra ni de lejos. Ni siquiera teniendo en cuenta que se hubiera gastado todo lo presupuestado, algo que todos sabemos que no ocurre casi nunca. Ya vendrán tiempos mejores, se decía por estos lares tras comprobarse que en Málaga apenas se iban a invertir 142 millones de euros este año, tras los raquíticos 135 del año pasado, que tampoco se gastaron en su totalidad.
Pues hay que estar de enhorabuena. Ya han llegado esos tiempos. Sobre todo si se tiene en cuenta la algarabía general que se está montando tras los nombramientos ministeriales donde las mujeres han cobrado un especial protagonismo. Esa alegría de partida está bien, porque genera ilusión, aunque se debe tener cuidado con una cosa, que se piense que un Gobierno con más mujeres es mejor per se que uno con más hombres. Ni es mejor, ni tampoco es peor. Hay que atenerse a los hechos y sacar después las conclusiones. La buena o mala gestión no entiende de género, que por cierto hasta que la RAE lo considere sigue siendo el masculino para nombrar al conjunto de ministros y ministras.
Pues bien, en Málaga según las cuentas y las enmiendas presentadas por los socialistas locales, que no han mostrado tampoco especial entusiasmo con la victoria de Pedro Sánchez, la inversión se tendría que triplicar. Aunque pueden cambiar el presupuesto de este año, tienen la excusa perfecta de que no lo harán porque así se comprometió en el debate de la moción de censura para no crear inestabilidad, aunque en este caso la hermenéutica admite que se hace para no cabrear a los vascos. Y eso que como dijo José Luis Ruiz Espejo, líder provincial del PSOE y delegado de la Junta en Málaga, «son los presupuestos más nocivos que ha tenido Málaga». Es defendible. Ahora bien, para el año que viene hay que estar con la lupa con todo lo que han pedido que se hiciera desde Madrid, lista que sin duda hay que aplaudir.
Ahí va: tren de altas prestaciones hasta Marbella (nada de cercanías), corredor ferroviario desde Nerja a Estepona, la llegada del cercanías al PTA, el estudio para llevar el AVE a Ronda, incremento de la inversión en la Algeciras-Bobadilla... Esto sólo en materia ferroviaria. Hay que unir la sustitución del puente de la Azucarera, agilizar las obras de la salida a Arroyo de la Miel, el soterramiento de las vías del puerto, ampliación de las instalaciones del aeropuerto, impulso para que sea un hub, el trasvase desde el pantano de Iznájar a la comarca de Antequera, la construcción de los paseos marítimos de poniente, Guadalmar, El Palo y Pedregalejo de Málaga y el de Rincón de la Victoria. Respire. Sigo. La construcción de 18 depuradoras en la Serranía de Ronda, levantar nuevos cuarteles de la Guardia Civil en Marbella, Mijas, Alhaurín de la Torre y Cártama, y comisarías en Marbella y Benalmádena, además de aumentar las plantillas de estos cuerpos policiales ante el déficit de 400 agentes que padece la provincia. La guinda es la apertura de la Biblioteca del Estado en San Agustín.
Con esta lista de actuaciones, ¿quién puede estar en desacuerdo con los socialistas? Hay que darles la bienvenida como nuestro Mister Marshall particular. El problema es que ocurra como en la genial película de Berlanga. Y pasen de largo... Ojalá no sea así. Buena suerte.
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