viernes, 8 de junio de 2018

La política brinca en las barras paralelas ... por Domi Del Postigo

Igual que un vecino sortea las terrazas en una calle malagueña. Igual la gimnasia arrítmica de la política española es un brinco tras otro hacia el futuro inmediato, que es éste que ya vivimos. Y uno de esos brincos llega hasta el espacio: hay un astronauta en el Gobierno.
En esas barras paralelas en las que los atletas suelen entrenarse frente al espejo hay paralelismos entre quien brinca a uno y otro lado del reflejo. En Málaga, sin ir más lejos, Celia Villalobos dejó a buen recaudo su silla en la alcaldía a su segundo en la tenencia y Urbanismo, cuando se fue al ministerio de Sanidad en el año 2000, a Francisco de la Torre. Un, aparentemente, gris subalterno con eficacia de carácter técnico, que no político. Por lo que pudiera pasar. Pero De la Torre se creció y hoy ha batido el récord de permanencia democrática en la alcaldía malagueña, superando los 16 años que en ella estuvo el llorado Pedro Aparicio.Igual que un vecino sortea las terrazas en una calle malagueña. Igual la gimnasia arrítmica de la política española es un brinco tras otro hacia el futuro inmediato, que es éste que ya vivimos. Y uno de esos brincos llega hasta el espacio: hay un astronauta en el Gobierno.


En esas barras paralelas en las que los atletas suelen entrenarse frente al espejo hay paralelismos entre quien brinca a uno y otro lado del reflejo. En Málaga, sin ir más lejos, Celia Villalobos dejó a buen recaudo su silla en la alcaldía a su segundo en la tenencia y Urbanismo, cuando se fue al ministerio de Sanidad en el año 2000, a Francisco de la Torre. Un, aparentemente, gris subalterno con eficacia de carácter técnico, que no político. Por lo que pudiera pasar. Pero De la Torre se creció y hoy ha batido el récord de permanencia democrática en la alcaldía malagueña, superando los 16 años que en ella estuvo el llorado Pedro Aparicio.
También Susana Díaz apretó en el triple salto que la impulsaría a las alturas de la política española empujando al otro lado del espejo de las primarias a Pedro Sánchez, a quien todos vieron como lo que parecía, una especie de mascarón de proa, tan aparente como cosmético, que distraía las miradas de quien de verdad pilotaba ya el barco del PSOE, la presidenta andaluza. Pero no una, sino dos veces, el mascarón fue corporeizándose en el resto del casco y, cuaderna a cuaderna, se hizo definitivamente con el timón. Sánchez resistió, tragando agua cuando la tormenta y los cañonazos del fuego amigo hundieron la proa de la nave hasta que, contra pronóstico y el viento en contra, salió a flote con más bríos que la legendaria Perla Negra del capitán Jack Sparrow.

Un último paralelismo ha sido la comparecencia de Aznar, anteayer, haciendo equilibrios con sus recrecidos abdominales en una barra, mientras en la paralela Rajoy hacía la última pirueta antes de saltar de la presidencia del PP, con las lágrimas resbalándole hasta la barba. Aznar ni soñó esto cuando le puso ahí. Y ahí le puso quizá ya en 1990, cuando le nombró nuevo vicesecretario general del PP para sustituir a Arturo Moreno, que andaba implicado en el llamado caso Naseiro de financiación ilegal del partido, ¡Ay! (un caso que por entonces tenía su paralelismo, otro paralelismo más, en el denominado caso Filesa del PSOE, ¡Uy!) Ni en sueños habría creído Aznar que el futuro sería éste cuando nombró a Rajoy su sucesor, 13 años más tarde de hacerle vicesecretario y, según sus propias y poco elegantes confesiones, sólo después de que Rato le dijera que no a serlo (¡Madre mía!, qué mal rato, con todo lo hoy visto, si se hubiera producido aquella primera elección sucesoria con el sí de Rodrigo Rato).

Y, paralelas, ya brincan también con fuerza en el nuevo Gobierno Carmen Calvo y Mª Jesús Montero –la nueva Montoro–, quienes, como las vías del tren, aunque vienen de la misma estación, seguirán sin tocarse... ¡Alehop!También Susana Díaz apretó en el triple salto que la impulsaría a las alturas de la política española empujando al otro lado del espejo de las primarias a Pedro Sánchez, a quien todos vieron como lo que parecía, una especie de mascarón de proa, tan aparente como cosmético, que distraía las miradas de quien de verdad pilotaba ya el barco del PSOE, la presidenta andaluza. Pero no una, sino dos veces, el mascarón fue corporeizándose en el resto del casco y, cuaderna a cuaderna, se hizo definitivamente con el timón. Sánchez resistió, tragando agua cuando la tormenta y los cañonazos del fuego amigo hundieron la proa de la nave hasta que, contra pronóstico y el viento en contra, salió a flote con más bríos que la legendaria Perla Negra del capitán Jack Sparrow.
Un último paralelismo ha sido la comparecencia de Aznar, anteayer, haciendo equilibrios con sus recrecidos abdominales en una barra, mientras en la paralela Rajoy hacía la última pirueta antes de saltar de la presidencia del PP, con las lágrimas resbalándole hasta la barba. Aznar ni soñó esto cuando le puso ahí. Y ahí le puso quizá ya en 1990, cuando le nombró nuevo vicesecretario general del PP para sustituir a Arturo Moreno, que andaba implicado en el llamado caso Naseiro de financiación ilegal del partido, ¡Ay! (un caso que por entonces tenía su paralelismo, otro paralelismo más, en el denominado caso Filesa del PSOE, ¡Uy!) Ni en sueños habría creído Aznar que el futuro sería éste cuando nombró a Rajoy su sucesor, 13 años más tarde de hacerle vicesecretario y, según sus propias y poco elegantes confesiones, sólo después de que Rato le dijera que no a serlo (¡Madre mía!, qué mal rato, con todo lo hoy visto, si se hubiera producido aquella primera elección sucesoria con el sí de Rodrigo Rato).

Y, paralelas, ya brincan también con fuerza en el nuevo Gobierno Carmen Calvo y Mª Jesús Montero –la nueva Montoro–, quienes, como las vías del tren, aunque vienen de la misma estación, seguirán sin tocarse... ¡Alehop!

Domi Del PostigoMas artÍculos de OPINION de DOMI DEL POSTIGO en Aumor AQUI
Mas artÍculos de OPINION en Aumor AQU

No hay comentarios:

Publicar un comentario