miércoles, 22 de mayo de 2019
Regreso al Presente ... por Pablo Aranda
Es alta la probabilidad de que en unos años una joven malagueña con nombre de personaje de 'Juego de tronos' sea recepcionista de un hotel. Es complicado estos días pertenecer a la tercera España, esa que no ha visto 'Juego de tronos' pero simplemente porque no ha encartado. Como decía Borges refiriéndose a la felicidad: «Hay tantas otras cosas en el mundo». Veré la serie de la que tanto se habla y espero para entonces no conocer el final, algo difícil. Leo que 400.000 personas piden cambiar el guión de la última temporada y busco esa demanda para comprobar si es así y para ver si Pablo Iglesias ha firmado. No encuentro a Pablo Iglesias pero sí que ya son 1.400.000 personas las que exigen otro final escrito por guionistas diferentes. Por lo visto, padres y madres que han elegido para sus hijos el nombre de algún personaje ahora se han arrepentido porque al final resulta que ese personaje era malo. Como si empiezas a leer la Biblia y piensas qué lindos estos primeros niños y le pones a tu hijo Caín antes de pasar al siguiente versículo. Caín mató a Abel en un sorprendente cambio de giro, menudo guión. Qué responsabilidad tener tantos seguidores y qué estupor saber que al menos 1.400.000 de ellos son tontos.
En el colegio me contaron la historia de Caín y Abel y al llegar la noche debía seguir compartiendo dormitorio con mi hermano. Yo me fiaba, no es eso, pero es como lo de Vox preguntando si los trabajadores contra la violencia de género están colegiados: creas una innecesaria desconfianza. Hasta ahora mi hermano no me ha matado y no descartaría poner su nombre a mi próximo hijo que ojalá no venga a estas alturas. Si viniese y al hacerse mayor lee esta columna podría volverse contra mí, espero que su enfado no le lleve a matarme. A lo mejor sí pero no puede hacerlo porque ya me habría matado mi hermano. Mi hermano podría adoptar a mi hijo y casarse con mi mujer, con la que tendría otro hijo al que pondría mi nombre. A lo mejor me mata pero parece un accidente. En ese caso, yo ya muerto y sin que el guión pueda cambiarse, que no lo descubran. Lo digo pensando en mi madre, cuyo nombre por cierto no hemos perpetuado. Han dado luz verde a un nuevo hotel en el centro de Málaga. Allí trabajará mi hijo asesino y una joven con nombre de asesina de 'Juego de tronos'. Regresando al presente, el domingo iremos al colegio electoral a jugar con los tronos. Elegiremos el nombre del alcalde. Algunos candidatos no explican bien sus medidas buenas y otros edulcoran las malas. Somos un mar de dudas y el domingo hará día de playa. Los colegios electorales se llenarán de arena y el eco de las chanclas resonará en la fiesta de la democracia. El colegio donde me toca votar está ubicado en un buen sitio. Deberían convertirlo en un hotel. Y que sea lo que Dios, o el guionista que elijamos, quiera.
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