Cuando el padre de Cristina Cifuentes era gobernador militar de Santander, la familia vivía en la Plaza Porticada. La joven Cifuentes vio por la ventana a Jorge Luis Borges y se tiró a la calle casi en pijama para pedirle un autógrafo. Pessoa y Cabrera Infante pensaban que Borges fingía la ceguera. Al menos creían que no fue ciego del todo desde 1956. Trapiello se unió al escepticismo (lo vio esquivando coches). También se cree que la Justicia es ciega. Tanto como Borges. Nunca se ha dicho de la Policía o la Guardia Civil, aunque a veces den palos de ciego. Dice Federico que las implicaciones de Cifuentes las filtra la Agencia ESE (de Soraya). Lo de Cifuentes, con todas las papeletas para caer pese a esquivar algunos coches, no parece de Borges, parece ‘El factor humano’ de Graham Green. Aunque todavía no veamos los complejos mecanismos que rigen aquí el comportamiento humano. Quizá sí veamos a Cifu en la calle. Casi en pijama
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Rosa Belmonte
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